
Durante la infancia la actividad física es enorme, los niños corren, gritan, saltan, se empujan y todo esto acarrea un gran gasto energético que debe ser repuesto. Y por si se nos olvida ese detalle, ellos están allí para decirnos “papi, mami, tengo hambre”, cuando apenas han pasado dos o tres horas desde el almuerzo.
Entonces recurrimos a eso que llaman la Merienda, ese momento a media tarde en el que le damos a los chicos un tentempié para que puedan esperar si ansias la cena. Las meriendas pueden ser dulces a saladas, bocadillos o bebidas, o a base de frutas o semillas. Las opciones son múltiples y también deberá considerarse sus gustos y que sean saludables.
Las galletas son las meriendas infantiles que siempre se tienen a la mano. Galletas de Limón y Jengibre, de Jojoto, de Batata y Nuez, las galletas Tipo Oreo, las Chocochitas, las de Vainilla, de Leche Condensada, las de Coco son algunas opciones dulces. Por el lado “salado”, están las galletas de Queso y las de Arroz, las Tortitas de Arroz.
Otras opciones de merienda están las Donas, los Suspiros, los Churros, la Torta de Pan, Roles de Canela, los turrones, pan piñita o de mantequilla, y la Naiboa, una mezcla de dulce y salado; sin olvidarnos de los amados ponquesitos o cupcakes.
Dentro de las bebidas que funcionan como merienda puedes ofrecerles Tizana, las Merengadas y los Batidos. Lo importante es la calidad de la Merienda para que los niños crezcan sanos y saludables.
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«Meriendas para consentir a grandes y chicos»
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